domingo, 30 de septiembre de 2007

La Izquierda Gobernante

LA IZQUIERDA GOBERNANTE:
REDISEÑAR LA GOBERNACIÓN Y HACER LA DIFERENCIA

¡Cesad! No vaciéis hasta los posos el cáliz amargo de las profecías.
El mundo está cansado del pasado, ¡morirá o descansará
al fin!”
R. Shelley
(Hellas)

Óscar A. Fernández O.


En el caso del pueblo salvadoreño, no me refiero al anhelo de “descanso” en el sentido que lo plantean los intelectuales del libre mercado, como el fin de la historia definitiva, sino como la empresa humana en la que asumiendo muchos riesgos y luchas, no se contempla una noción de fin terrenal, sino la del cambio permanente y oportuno. Prefiero el punto de vista de Prometeo, protector del desarrollo de la civilización humana. Es decir, con ARENA no termina la historia como quieren hacernos creer, el reto y la posibilidad del cambio para mejorar oportuna y dinámicamente, está en el esfuerzo y la inteligencia del pueblo que es quién determina su futuro, en compañía de sus liderazgos más capaces, eficientes y probos.

La izquierda en el gobierno no deberá cometer el mismo error de creer que cambiando la forma de gobernar ya no quedará nada más que hacer que administrar lo hecho. No debe apuntarse a ningún “estado permanente”, ni tampoco a un equilibrio alguno que pueda ser temporal, pues con seguridad éste será interrumpido por la energía y la dinámica que caracteriza a la historia de la humanidad. Por lo tanto, el término “sostenibilidad” debe ser rechazado en el sentido de permanencia, lo mismo que cualquier estupidez acerca del “fin de la historia”. Para que la sociedad salvadoreña cambie, a pesar de haberse convertido en una sociedad autodestructiva, inducida por un gobierno plutócrata conformado por aprendices de brujo mal preparados, es necesario hacer cambios radicales de modelos y valores profundamente arraigados, como son los hábitos conformistas y obedientes que aceptan y creen necesitar el poder de las clases dominantes como una consecuencia natural del orden establecido. La experiencia de los campos de exterminio nazis durante la Segunda Guerra Mundial lo demostró. Las votaciones mayoritarias de las clases empobrecidas, a favor de ARENA, también confirma la simpatía hacia sus verdugos.

Estos son ejemplos relativamente simples del gran conjunto de rasgos y patrones que tienen que ser modificados, diseñando y practicando nuevas y eficaces formas de liderazgo y gobernación, que constituyan elementos importantes del proceso de liberación de nuestro pueblo, si la izquierda socialista desea aumentar las posibilidades y las probabilidades de liderar la construcción a corto, mediano y largo plazo, de un Estado que sustente el progreso, revisando desde luego la idea misma de “progreso”.

El rediseño de la gobernación no es más que una medida transitoria, mientras no se produzca el salto cualitativo en nuestra sociedad. Pero mejores capacidades de gobierno pueden reducir las causas y los efectos de la tragedia de nuestro pueblo, perfeccionando la raison d’humanite (la razón humana del Estado) que es su razón de ser, de modo que un una primera instancia se evite la catástrofe hacia la que nos lleva un modelo económico que ya no funciona más y que por terquedad y arrogancia, siguen imponiendo improvisadamente los testaferros del poder fáctico. Hasta dónde sea posible, debemos impulsar continuamente el desarrollo humano y no primordialmente el del mercado, sin menospreciar la importancia y el rol de este último con objetiva ponderación.

Adelantos significativos en la capacidad de gobernar han tenido lugar en la historia de la humanidad, como sucedió en la Grecia clásica, con la idea de que la política es un dominio reconocido de la vida humana, susceptible a ser deliberadamente definido y sometido por los poderes. “Bien puede argumentarse que la teoría política nace y renace en tiempos de crisis culturales; que su razón de ser es la reconstrucción del discurso político y de la vida” sostiene J. Peter Euben (1994)

Al firmar los Acuerdos de Paz, se pretendió la reconstrucción de la ley, el desarrollo y preeminencia de la política como dominio del pueblo, y la construcción de formas novedosas y democráticas de gobierno. Todo este esfuerzo ha sido traicionado por la oligarquía política, mientras la izquierda socialista, oposición ampliamente mayoritaria no fuimos capaces de evitarlo. Hoy, la oportunidad de saldar esta deuda se nos presenta como el reto histórico, porque nada queda absolutamente establecido por los hechos y es precisamente nuestra pasividad o intervención lo que espera la historia para tomar forma, apelando a la idea de R. Whiteside (El existencialismo político, 1983)

La cultura política salvadoreña y su dinámica, personificada claramente en la mayoría de los liderazgos políticos, sin duda plantean a cualquiera, serios problemas en la capacidad de gobernar. Tales problemas suelen ser descritos en términos de “gobernabilidad” –por lo general en la forma negativa de “ingobernabilidad”- cuyo uso y abuso se ha extendido plenamente y que en la mayoría de veces, es empleada para esconder la incapacidad de gobernar. La legitimidad del Estado y la autoridad pública son aceptadas a regañadientes y la autoridad es minada por la desmitificación y por el creciente cinismo y desconfianza con que se mira a los políticos. En tanto, los medios de comunicación de masas se han convertido en poderosas empresas privadas que generan gran impacto y convierten cada vez más la política en un circo.

En nuestro ámbito, la política se basa cada menos en la ideología y la mayoría de partidos proponen políticas similares en la mayor parte de los asuntos e incluso cuando la competencia electoral lleva a los candidatos a enfatizar diferencias de opinión, la falta de opciones conocidas y realistas en numerosas cuestiones ha apagado el fuego del debate ideológico serio y profundo, que en realidad establece la diferencia fundamental de la política y la forma de gobernar. Esto se ve remplazado por duelos televisivos entre candidatos, los cuales se realizan en medio de la propaganda del mercado. En conjunto, los partidos tienden a perder su capacidad de dominio y toda la estructura política es rechazada por una proporción cada vez mayor de ciudadanos. Al mismo tiempo, los jefes de Estado y los candidatos anuncian de manera ocasional su compromiso con posturas ideológicas particulares, sin cambiar en general la naturaleza de la política por mucho tiempo.

El FMLN debe definirse claramente frente al modelo económico rampante que muestra, a pesar de su fracaso, claros dogmas de fe incuestionables, con los cual los derechistas neoliberales imponen su poder antidemocrático creando valores consumistas y nihilistas, cuyo resultado es el fanatismo autoritario y la polarización social. En este contexto negativo debe entenderse que los cambios oportunos que marquen la diferencia sustancial, el despertar de las organizaciones de base, los avances en la educación y la concienciación política de las masas, los nuevos tipos de valores humanistas, no violentos y solidarios, son de urgente necesidad. Todo ello sólo puede ser factible en tanto se construye a mediano y largo plazo un país diferente de derechos, libertades y necesidades elementales subsanadas. No hay garantía de que esto camine sobre rieles, al contrario, el horizonte anuncia tormentas y por eso lo más decisivo es la calidad de las elites que gobiernan, puesto que son éstas las que toman la mayor parte de las decisiones que afectan la vida de los salvadoreños.

Hay cada vez menos esperanzas de hacer que la razón de humanidad o una gobernación más ética, legítima y eficiente sean intereses prioritarios de nuestros gobiernos, a menos que las elites se conduzcan con verdadera dignidad, lo cual ejerce considerable influencia en la cultura política, que en nuestro país ha sido prostituida. Por más listos que seamos y preparados que estemos, las tareas de la gobernación requieren mucho más.

Debemos empeñar todos nuestros esfuerzos a fortalecer la organización de las masas, mientras nos dedicamos al aprendizaje y a la reflexión seria, rodeándonos de los mejores hombres y mujeres, los más calificados, animándolos a luchar junto a nosotros. Son necesarias con urgencia, ideas innovadoras de rediseño que sustentadas en la seriedad, la responsabilidad y la probidad, perfeccionen la capacidad crítica para gobernar. Debe emprenderse un trabajo gubernamental más concertado, desde las deliberaciones de las organizaciones de masas hasta los centros teóricos políticos y las Universidades e Institutos superiores avanzados, en los que deberán participar líderes políticos y gobernantes experimentados, profesionales y académicos. Pero, lo que más se necesita son cerebros creativos de alto nivel, todo lo cual en definitiva es lo que llamo el pluralismo social-cultural junto al compromiso con la construcción y perfeccionamiento de un Estado democrático fundamentado en los derechos humanos.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Nota sobre Justicia, Trabajo y Sociedad

El propósito de un político revolucionario consecuente es tomar el poder para concretizar y desplegar la justicia social. De manera que es esencial para el político revolucionario plantearse el problema de la definición de justicia social.

Aristóteles, en la sociedad esclavista, decía que justicia social es "dar a cada quien lo suyo". Y los que más trabajaban, los esclavos eran los que menos recibían lo suyo. La justicia por lo visto es un concepto histórico. En el capitalismo Marx fundamentó científicamente las posibilidades de construir la justicia social liberando al ser humano de la explotación del trabajo en el capitalismo.

El "dar a cada quien lo suyo" se convirtió en el pensamiento de Marx, en el uso del excedente económico para beneficio de toda la sociedad y no de una minoría explotadora. La forma de reparto del excedente económico en la sociedad futura depende del tipo, cantidad y calidad del trabajo desempeñado por cada individuo. De manera que al menos en la sociedad socialista y también en la sociedad comunista existen diferencias sociales que dimanan del aporte en términos del trabajo. Retira más y mejor producto social el que más y mejor trabaja.

Engels planteó la postura del marxismo de que el trabajo ha humanizado al hombre, valga la redundancia. El trabajo nos ha separado de la animalidad. El trabajo nos construye material y mentalmente. Por eso el trabajo es la actividad esencial del ser humano y debe concebirse como una necesidad vital; seguramente esta concepción se encuentra a la base de la actitud incansable hacia el trabajo por parte del Ché Guevara.

De manera que el trabajo es la actividad más digna del ser humano: por su medio el ser humano dignifica a los demás y se dignifica a sí mismo. El político revolucionario debe mantener una actitud hacia el trabajo no mercenaria: por definición toda persona debe tener la oportunidad de dignificarse por medio del trabajo, un revolucionario no debe esperar favores de ningún tipo por que le "consiguió chance" a alguien. Es un deber luchar porque toda persona tenga un trabajo digno, que desde David Ricardo tiene una base material y que en la actualidad consiste en que le permita a la persona recibir los bienes y servicios que le permitan llevar una vida digna, conforme a la satisfacción básica e histórica de sus necesidades. La burguesía como medio de presión y compulsión usa la desocupación estructural para mantener su dominio negándole a las personas su derecho humano a trabajar.

La desocupación no es imputable de manera individual a las personas desocupadas. Es la confesión de la incapacidad de un sistema socio económico para utilizar los recursos de que dispone para crear riqueza social. La desocupación se acentúa en momentos de crisis económicas, de sobre producción por ejemplo, o de aplicación de un modelo económico como el neoliberal.

En la sociedad socialista se espera que la distribución del producto social se realice no a partir de la propiedad o no propiedad de los medios de producción, sino a partir del trabajo desplegado en tanto cantidad y calidad. El político revolucionario no puede esperar construir una sociedad justa, basada en los términos de "dar a cada quien según su trabajo y a cada cual según su capacidad" si cotidianamente aplica una forma injusta de adjudicar funciones laborales en lo político y en lo económico. Deben ser ajenos al político revolucionario la priorización en criterios de compadrazgo o nepotismo para delegar tareas y funciones, el criterio básico es la idoneidad, calificación y disposición para el trabajo. No se puede tener como resultado justicia a punta de injusticia. Lógicamente el criterio básico es que el trabajador se aleje de la concepción mezquina de la realización del trabajo solamente como un medio de satisfacción de necesidades individuales sin responsabilidad social, sin adscripción de clase y de que reciba más de lo que merece en términos de cantidad y calidad del trabajo desplegado.

La Derrota Neoliberal

LA ESTRATEGIA GANADORA ES SUMAR, NO RESTAR.
(La derrota del pueblo al neoliberalismo)

“¿El neoliberalismo es sostenible? No. ¿Podrá subsistir mucho tiempo? Absolutamente no. ¿Cuestión de siglos? Categóricamente no. ¿Durará sólo décadas? Si, sólo décadas, pero más temprano que tarde tendrá que dejar de existir."
Fidel Castro
Encuentro Internacional de Economistas
La Habana, Cuba.

Oscar A. Fernández O.


El FMLN está decidido y convencido de ganar por la vía democrática su acceso a la conducción del Estado salvadoreño, por dos razones fundamentales: la primera, por que es la única opción histórica para acompañar al pueblo salvadoreño en la construcción de la añorada vida de bienestar y justicia; la segunda, por que el neoliberalismo sufre una crisis irreversible, acelerada por la incapacidad manifiesta del ultraderechista partido gobernante ARENA y la voracidad de la oligarquía económica.

Para entender la segunda afirmación arriba expuesta, no se necesita ser ni economista ni politólogo, solo basta ver la situación calamitosa que vivimos la mayoría de salvadoreños, sin medicinas en los hospitales públicos ni atención médica que valga la pena y con la amenaza de privatizarla; sin acceso a la educación de calidad, sin empleo, comiendo salteado, expulsados de su país por la miseria y la indolencia de los gobernantes, padeciendo de la más brutal de las explotaciones y abusos cuando logran un trabajo, violados diariamente en sus más elementales derechos, victimizados por la violencia social incontrolable y cómo epílogo de esta tragedia, criminalizados por las leyes penales promulgadas por el gobierno del Presidente Saca, como si fuera una venganza de clase.

Después de la grandilocuencia seudo teórica de los ideólogos del librecambismo en foros, universidades y programas de gobierno, sumada a la aplastante propaganda mediática acerca de un fabuloso futuro de desarrollo nacional que nunca llegó, el “neoliberalismo” ha demostrado ser nada más que una versión computarizada de la vieja consigna de los fisiócratas de la segunda mitad del siglo XVIII, el laissez-faire (dejar hacer) y por tanto el estímulo principal al surgimiento de un capitalismo salvaje, dónde la propiedad privada pierde su función social, para convertirse en un asunto exclusivo del gran propietario, dejando al Estado en una función de espectador pasivo. La fábrica de sueños que cautivó al mundo, se ha convertido en una pesadilla.

El neoliberalismo es un subproducto de la post guerra fría, que ha hecho del mercado en objeto de adoración, como triste alternativa del derrumbado estatismo económico en el ex-sistema soviético. ¡Del purgatorio al infierno! Es un intento de reordenar el pensamiento económico para ajustarlo a la economía mundializada del gran capital.

El pueblo deberá decidir si continúa en la vía de profundizar su pobreza y empeorar su vida o si se decide a derrotar a ARENA principal impulsador de esta desgracia nacional que nos abate, para pasar a construir un futuro mejor para nuestros hijos. Debemos estar claros que privatizando todo lo que nos pertenece como pueblo, liberalizando los mercados y las finanzas, desregulando todo y permitiendo que muy pocos se apropien de la riqueza nacional para llevar una vida de lujos y desenfreno, sólo estamos firmando la sentencia de muerte de una nación que siempre ha sido orgullosa y cuya riqueza principal es su propia gente.

El mercado es un legado histórico de la humanidad, tan antiguo como el ser humano, pero al mismo tiempo se fundamenta en la desigualdad de las condiciones de los hombres y los pueblos, condición que los acaparadores de la riqueza han profundizado hasta límites intolerables. Esta actividad de intercambio entre los pueblos y las personas debe seguir existiendo, pero conciertas condiciones, con un Estado fuerte como contrapeso, que promueva políticas sociales activas de consenso popular, con las cuales las condiciones de vida dignas estén aseguradas para todos.

No debemos confundir el derecho legítimo de cada persona de querer superarse y escribir su propia biografía familiar, con el egoísmo que promueve el mercado al cual prefiero llamar la tiranía del individualismo, “el sálvese quien pueda”, dónde la sobrevivencia del que tiene más está garantizada y las mayorías desposeídas están condenadas al ostracismo y a la esclavitud de la pobreza; donde la propia vida se proyecta como una empresa en la que debemos comportarnos como capitalistas, ordenando nuestras prioridades y necesidades en base a las leyes del mercado y olvidando los valores que nos enaltecen como seres humanos.

No obstante, debemos reconocer que la globalización es la respuesta lógica a la revolución tecnológica de las comunicaciones, es un hecho de la humanidad o como dice Fidel Castro en su alocución a los economistas reunidos en La Habana, “Es un fruto de la civilización humana. Se alcanzó en un brevísimo período de no más de tres mil años en la larga vida de nuestros antecesores sobre el planeta”

Una sociedad dónde el individuo y la colectividad se complementen para enarbolar el desarrollo social, basado en la ciudadanía, la solidaridad y la equidad, es aún la deuda histórica de esta nación.

No obstante, en esta realidad de profundos y rápidos cambios dónde los pueblos especialmente los latinoamericanos, resurgen con fuerza por su legítimo derecho a vivir independientes y libres, es menester comprender que las dictaduras, las guerras y la impunidad del poderío económico para preservar la injusticia y el acaparamiento de la riqueza ya no tienen cabida en el futuro, así como no la tiene la violencia para alcanzar los cambios. Al contrario, es hoy el tiempo del pluralismo, el consenso nacional y el debate de opiniones para construir un nuevo El Salvador, pues todos tenemos algo que decir, todos podemos influirnos unos a otros, todos podemos enseñarnos algo nuevo unos a otros. El pueblo es la suma de todos, sin excluir a nadie.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Leyendo y citando a José Ingenieros

Capítulo I

El Hombre Mediocre


"Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: son idealistas."

"Un ideal no es una fórmula muerta, sino una hipótesis perfectible; para que sirva, debe ser concebido así, actuante en función de la vida social que incesantemente deviene."

"Todo ideal representa un nuevo estado de equilibrio entre el pasado y el porvenir."

"Los ideales pueden no ser verdades; son creencias. Su fuerza estriba en sus elementos efectivos: influyen sobre nuestra conducta en la medida en que lo creemos. Por eso la representación abstracta de las variaciones futuras adquiere un valor moral: las más provechosas a la especie son concebidas como perfeccionamientos."

Capítulo II

La Mediocridad Intelectual


"En órbita de la rutina giran los espíritus mediocres. Evitan salir de ella y cruzar espacios nuevos; repiten que es preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer. Ocupados en disfrutar lo existente, cobran horror a toda innovación que turbe su tranquilidad y les procure desasosiegos."

"La educación oficial involucra ese peligro: intenta borrar toda originalidad poniendo iguales prejuicios en cerebros distintos."

"Es más contagiosa la mediocridad que el talento."

"Las mediocracias exigen de sus actores cierta seriedad convencional, que da importancia en la fantasmagoría colectiva."

"Llaman modestia a la prohibición de reclamar los derechos naturales del genio, de la santidad o del heroísmo."

"Fracasados hay que se creen genios no comprendidos y se resignan a ser modestos para complacer a la mediocracia que puede transformarlos en funcionarios; y son mediocres, lo mismo que los otros, con más la cataplasma de la modestia sobre las úlceras de su mediocridad."

"Temerosos de pensar, como si fincasen en ello el pecado mayor de los siete capitales, pierden la aptitud para todo juicio; por eso cuando un mediocre es juez, aunque comprenda que su deber es hacer justicia, se somete a la rutina y cumple el triste oficio de no hacerla nunca y embrollarla con frecuencia."

"Detestan a los que no pueden igualar, como si con sólo existir los ofendieran."

"Los mediocres, más inclinados a la hipocresía que al odio, prefieren la maledicencia sorda a la calumnia violenta. Sabiendo que ésta es criminal y arriesgada, optan por la primera, cuya infamia es subrepticia y sutil. La una es audaz; la otra cobarde. El calumniador desafía el castigo, se expone; el maldiciente lo esquiva. El uno se aparta de la mediocridad, es antisocial, tiene el valor de ser delincuente; el otro es cobarde y se encubre con la complicidad de sus iguales, manteniéndose en la penumbra."

"El hombre mediocre que se aventura en la liza social tiene apetitos urgentes: el éxito. No sospecha que existe otra cosa, la gloria, ambicionada solamente por los caracteres superiores. Aquél es un triunfo efímero, al contado; ésta es definitiva, inmarcesible en los siglos. El uno se mendiga; la otra se conquista."

"El hombre de mérito se adelanta a su tiempo, la pupila puesta en un ideal; se impone dominando, iluminando, fustigando, en plena luz, a cara descubierta, sin humillarse, ajeno a todos los embozamientos del servilismo y de la intriga."

"El genio se mueve en su órbita propia, sin esperar sanciones ficticias de orden político, académico o mundano; se revela por la perennidad de su irradiación, como si fuera su vida un perpetuo amanecer."

"Los genios, los santos y los héroes desdeñan toda sumisión al presente, puesta la proa hacia un remoto ideal: resultan prohombres en la historia."

Capítulo III

Los Valores Morales


"El hipócrita está constreñido a guardar las apariencias, con tanto afán como pone el virtuoso en cuidar sus ideales."

"El honesto, en cambio, es pasivo, circunstancia que le asigna un nivel moral superior al vicioso, aunque permanece por debajo de quien practica activamente alguna virtud y orienta su vida hacia algún ideal."

"El hombre superior practica la virtud tal como la juzga, eludiendo los prejuicios que acoyundan a la masa honesta; el mediocre sigue llamando bien a lo que ya ha dejado de serlo, por incapacidad de entrever el bien del porvenir. Sentir con el corazón de los demás equivale a pensar con cabeza ajena."

Capítulo IV

Los Caracteres Mediocres


"Nunca llegan a individualizarse: ignoran el placer de exclamar "yo soy", frente a los demás."

..."en su rodar aguas abajo no hay mérito: es simple incapacidad de nadar aguas arriba."

"Los caracteres excelentes ascienden a la propia dignidad nadando contra todas las corrientes rebajadoras, cuyo reflujo resisten con tesón."

"Es un hombre de corcho: flota."

"La domesticación realizase de cien maneras, tentando sus apetitos. En los límites de la influencia oficial los medios de aclimatación se multiplican, especialmente en los países apestados de funcionarismo."

"En los pueblos domesticados llega un momento en que la virtud parece un ultraje a las costumbres."

"El vanidoso vive comparándose con los que le rodean, envidiando toda excelencia ajena y carcomiendo toda reputación que no puede igualar; el orgulloso no se compara con los que juzga inferiores y pone su mirada en tipos ideales de perfección que están muy alto y encienden su entusiasmo."

"La dignidad implica valor moral."

Capítulo V

La Envidia


"No basta ser inferior para envidiar, pues todo hombre lo es de alguien en algún sentido; es necesario sufrir del bien ajeno, de la dicha ajena, de cualquiera culminación ajena."

"La envidia es una defensa de las sombras contra los hombres."

"Es un gran signo de mediocridad dijo Leibniz elogiar siempre moderadamente."

"Los que no saben admirar no tienen porvenir, están inhabilitados para ascender hacia una perfección ideal."

..."la envidia es una enfermedad"...

Capítulo VI

La Vejez Niveladora


"Se ha señalado en Kant un ejemplo acabado de esta metamorfosis psicológica. El joven Kant, verdaderamente "crítico", había llegado a la convicción de que los tres grandes baluartes del misticis mo: Dios, libertad e inmortalidad del alma, eran insostenibles ante la razón pura; el Kant envejecido, "dogmático", encontró, en cambio, que esos tres fantasmas son postulados de la "razón práctica", y, por lo tanto, indispensables. Cuanto más se predica la vuelta de Kant, en el contemporáneo arreciar neokantista, tanto más ruidosa e irreparable preséntase la contradicción entre el joven y el viejo Kant."

"Admiremos a los viejos por las superioridades que hayan poseído en la juventud. No incurramos en la simpleza de esperar una vejez santa, heroica o genial tras una juventud equívoca, mansa y opaca; la vejez no pone flores donde sólo había malezas, antes bien, siega las excelencias con su hoz niveladora."

"El diablo no sabe más por viejo que por diablo. Si se arrepiente no es por santidad; sino por impotencia."

Capítulo VII

La Mediocracia


"La burocracia es una convergencia de voracidades en acecho."

"El genio crea instituciones y el bárbaro las viola: los mediocres las respetan, impotentes para forjar o destruir."

..."las sociedades humanas, para su progreso moral y estructural, necesitan del genio más que del imbécil y del talento más que de la mediocridad."

"Cooperan a su obra los idealistas que les preceden o siguen; nunca los conservadores, que son sus enemigos naturales, ni las masas rutinarias, que pueden ser su instrumento, pero no su guía."

"Al que dice "Igualdad o muerte", replica la naturaleza "la igualdad es la muerte"."

"El privilegio tradicional de la sangre irrita a los demócratas y el privilegio numérico del voto repugna a los aristócratas. La cuna dorada no da aptitudes; tampoco las da la urna electoral."

"Cuando la mediocridad agota los últimos recursos de su incompetencia, naufraga. La catástrofe devuelve su rango al mérito y reclama la intervención del genio."

"Hay aristocracia natural cuando el esfuerzo de las mentes más aptas convergen a guiar los comunes destinos de la nación."

Capítulo VIII

Los Forjadores de Ideales


"El genio es excelente por su moral, o no es genio."

"El mediocre limita su horizonte afectivo a sí mismo, a su familia, a su camarilla, a su facción; pero no sabe extenderlo hasta la Verdad o la Humanidad, que sólo pueden apasionar al genio."

El Hombre Mediocre

Es esencial y de manera imprescindible para un político revolucionario, romper con la medianía, la vida gris, el acomodamiento y la mediocridad. Ingenieros nos dejó un tratado fundamental sobre la mediocridad y como vencerla. Necesaria lectura para todos (que son pocos desafortunadamente en la época actual) los políticos que sinceramente luchan por concretizar los más altos niveles de convivencia social basados no en la explotación del trabajo sino en la organización social del trabajo conforme a su calidad, cantidad y correspondiente remuneración.

El libro de José Ingenieros puede leerse en:

http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Ingenieros_Jose/ElHombreMediocre.htm

Leyendo y citando a Maquiavelo

Leyeno y citando a Maquiavelo:

"La traición de sus amigos, la matanza de sus conciudadanos, su absoluta falta de religión, son, en verdad, recursos con los que se llega a adquirir el dominio, mas nunca gloria."

Capítulo VI

De los principados que se adquieren por valor personal y con las armas propias

"Nótese bien que no hay cosa más ardua de manejar, ni que se lleve a cabo con más peligro, ni cuyo acierto sea más dudoso que el obrar como jefe, para dictar estatutos nuevos, pues tiene por enemigos activísimos a cuantos sacaron provecho de los estatutos antiguos, y aun los que puedan sacarlo de los recién establecidos, suelen defenderlos con tibieza suma, tibieza que dimana en gran parte de la escasa confianza que los hombres ponen en las innovaciones, por buenas que parezcan, hasta que no hayan pasado por el tamiz de una experiencia sólida."

sábado, 8 de septiembre de 2007

El Estado y la Revolución

El señero libro de Lenin "El Estado y la Revolución" es una síntesis de la teoría e ideología marxista sobre el problema del poder, las razones históricas del nacimiento, transición y extinción del aparato político y militar de dominación de clases sociales. Es en consecuencia un libro para meditación de todo político. Puede encontrarse en:

http://www.ts.ucr.ac.cr/~historia/biblioteca/historia/LeninVladimir-Elestadoy.pdf