miércoles, 8 de agosto de 2007

Clausewitz: De la Guerra

Breve y precisa nota biográfica de Clausewitz. Uno de sus grandes aportes fué concebir la guerra como continuidad de la política..."por otros medios"...decía y creo que Lenin añadió, sí..."por medios violentos"...y también que Mao puntualizó..."por medios violentos armados"..."el poder nace del fusil"...
Clausewitz es un estratega, contemporáneo de Hegel aunque se dice que nunca lo leyó. Si Hegel encontró la dialéctica aplicada a la filosofía de la historia, probablemente pueda decirse que Clausewitz encontró la dialéctica realizando un estudio de la filosofía de la guerra.

La nota biográfica de Clausewitz en:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/clausewitz.htm

Karl Von Clausewitz

Militar prusiano (Burg, Magdeburgo, 1780 - Breslau, Silesia, 1831). Se formó durante las guerras contra la Francia de la Revolución y de Napoleón, durante las cuales combatió (desde 1793), fue hecho prisionero (1806), participó en la reorganización del ejército prusiano (1808) y sirvió al zar de Rusia para seguir luchando contra los franceses tras la derrota prusiana (1812).
Reintegrado al ejército prusiano una vez vencido Napoleón (1815), se convirtió en director de la Academia de Guerra (1818-30); poco después se le encomendó también la formación militar del príncipe heredero (el futuro Federico Guillermo IV).
Se le considera el fundador de la doctrina militar moderna por las teorías que acuñó durante aquel periodo docente, lo esencial de las cuales está recogido en su obra De la guerra.
Según su frío análisis «la guerra es la continuación de la política por otros medios», por lo que en periodo de guerra se obtiene la máxima eficacia unificando la dirección política y militar (como, efectivamente, se haría en Alemania durante las dos guerras mundiales).
Creó también el concepto de «guerra total», que compromete todos los recursos y energías del país y toma como objetivo de guerra el país enemigo en su integridad; dicho concepto se haría realidad en las guerras del siglo xx.

Karl Von Clausewitz es de lectura obligada para todo político porque como Sun Tzu, antes que militares son estrategas. Y la estrategia es el centro de la proyección y de la acción política. Una selección de partes importantes de la obra cumbre de Clausewitz, puede leerse en línea, en español en:

martes, 7 de agosto de 2007

Socialismo del Siglo XXI


Interesante y suscinto artículo que intenta caracterizar los elementos básicos del socialismo del siglo XXI en la versión de Hugo Chávez. Toma elementos del marxismo y del cristianismo, sin ser ni un marxismo ortodoxo ni un cristianismo confesional, como se dice. Son los nuevos derroteros del avance de la humanidad en la construcción del socialismo, luego de la caída del sistema socialista con la URSS a la cabeza.
En nuestra opinión la esencia del socialismo es la liberación de la explotación de una clase social poseedora de los medios de producción social, valga la insistencia hacia otra que ha sido y es constrantemente desposeída. En el socialismo no se libera a los trabajadores, manuales e intelectuales, del trabajo: si no se trabaja no se crea riqueza social ni bienestar social. En el socialismo se libera al trabajo de la explotación. En el socialismo no es la capacidad para explotar el trabajo humano el origen de la diferenciación social; el estatus social se logra por medio del trabajo y no por la explotación humana.
La aspiración socialista es que toda persona tenga un trabajo que le garantiza lo básico para su vida digna (alimentación, vivienda, vestido, salud, educación y otros). En el socialismo nadie se muere de hambre, a la intemperie, desnudo, sin atención médica, analfabeto y sin solidaridad humana. Pero hay diferencia social, por la tipología del trabajo que se desempeña, por la cantidad de trabajo que realiza y por la calidad de la labor desplegada. El trabajo y sus atributos diferenciados dan derecho a la persona a retirar de la riqueza social una retribución diferenciada. La esencia del capitalismo es la explotación del trabajo por la propiedad de los medios de producción. La esencia del sistema socialista es la potencialización del trabajo por medio de la retribución material y moral diferenciada conforme al tipo, cantidad y calidad de trabajo. La diferencia social no nace de la explotación sino de la contribución del trabajo.

En esta búsqueda conceptual y práctica del ser humano se inscribe el artículo que puede encontrarse en:


¿Qué es el Socialismo del siglo XXI?
Por: Mary Pili Hernández
Fecha de publicación: 13/12/06

A raíz del contundente triunfo del Presidente Chávez en las pasadas elecciones, mucha gente se ha interesado en serio en la propuesta que éste formuló en el discurso pronunciado el 25 de Febrero de 2005, con motivo de la inauguración de la IV Cumbre de la Deuda Social. Allí manifestó su convencimiento de que la revolución debía ser socialista, y en caso contrario no sería revolución. Luego, cuando profundizó en su discurso, explicó que este socialismo debía ser del siglo XXI, dándole así nombre a un nuevo concepto. Pero realmente, ¿qué es el Socialismo del Siglo XXI?

UN CONCEPTO EN CONSTRUCCIÓN

La primera cosa que hay que decir es que el Socialismo del Siglo XXI no tiene una definición acabada. Cuando el presidente habló del tema por primera vez, invitó a todo el pueblo venezolano a participar en una discusión sobre la materia. Muchos hemos participado en foros y escrito materiales que permiten profundizar en el análisis. No obstante, se hace fundamental leer los discursos de Chávez, para comprender con mayor detalle hacia dónde se orienta este proceso, más aún cuando el Presidente ha recibido el espaldarazo de casi 63% de los votantes en las últimas elecciones.

EL SOCIALISMO NACIÓ EN LATINOAMÉRICA

Lamentablemente quienes hacen análisis simplistas de las cosas confunden siempre el concepto de socialismo con el concepto de marxismo, siendo que el socialismo marxista es tan sólo uno de los modelos de socialismo que se ha aplicado en el mundo, aunque ciertamente el más famoso. Cuando Marx habló de su visión del socialismo, se remitía a un concepto mucho más lejano, surgido en los albores del siglo XVI de la mente de Tomás Moro (por cierto, él fue un santo, no un político), en su famosa obra “Utopía”. Moro se sentía fascinado por las narraciones de Vespucio sobre el archipiélago brasileño de Fernando de oroña e imaginó en su obra una sociedad perfecta a la que calificó de socialista. Por cierto, los primeros que aplicaron este modelo ideado por Moro, no fueron los soviéticos, sino los jesuitas, en sus Reducciones del Paraguay. Estos datos son interesantes, porque no es casualidad que el concepto de socialismo surja por lo visto en unas islas brasileñas y que luego se aplicara en Paraguay. En otras palabras, los primeros socialistas no fueron los europeos, sino los latinoamericanos

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI NO ES MARXISTA

No sé cuántas veces tendrá Chávez que repetir lo mismo. Lo está diciendo desde el año 2003. Lo ha dicho claramente en varias alocuciones, discursos y programas de televisión “este no es un proyecto marxista, yo tengo muchos amigos marxistas, pero este no es un proyecto marxista” (Aló Presidente, 2-10-2005). Pero incluso, se lo ha declarado a los periodistas en entrevistas y ruedas de prensa. “Yo no soy comunista, no tendría ningún empacho en decirlo. Si yo tuviera un proyecto marxista para Venezuela lo hubiese dicho desde el primer día en que salí a la palestra política. Así que no soy marxista, tengo aproximaciones al pensamiento socialista y progresista, pero no soy marxista” (Entrevista hecha por Lucía Newman, corresponsal de CNN, 18 de Agosto de 2004). Por si acaso, lo volvió a repetir en la rueda de prensa ofrecida en Miraflores, el día que lo acreditaron como Presidente Electo. Pero claro, esto no es publicitado por los medios de comunicación, porque muchos de ellos funcionan como agencias de campaña sucia del antichavismo, y necesitan producir temor en la gente, por tanto, cualquier cosa que pueda disminuir o disipar ese miedo es censurada o simplemente obviada.

SOCIALISMO BOLIVARIANO

Teniendo claro que socialismo no es sinónimo de marxismo y que además Chávez ha aclarado hasta la obstinación que él no es marxista ni tiene un proyecto marxista para Venezuela, vale recordar que la primera vez que el Presidente calificó a la revolución venezolana como socialista (25-2-2005), estaba dando un discurso extraordinario (por cierto, de los mejores que le he escuchado en mi vida) en el cual, documentos en mano, desentrañaba en su condición de profesor de historia de Venezuela, el pensamiento del Libertador en temas sociales. Chávez tomó los decretos de Simón Bolívar después de la independencia sobre educación, propiedad de la tierra, salud y uso de los bienes comunes, y leyéndolos desentrañaba lo que el Padre de la Patria nos heredó como proyecto de nación. Ciertamente, tal y como concluyó Chávez en ese discurso, Bolívar era un socialista. Por tanto, para definir el Socialismo del Siglo XXI no hay que buscar en el pensamiento europeo, sino en el latinoamericano y, más específicamente, en el bolivariano.

SOCIALISMO CRISTIANO

Desde hace ya algunos años se ha venido produciendo un proceso de conversión personal en el corazón de Hugo Chávez. Ahora se define a sí mismo como profundamente cristiano y habla de Jesús como su Salvador y lo invoca como “Comandante en Jefe de esta revolución”. En este sentido, ha planteado que el Socialismo del Siglo XXI tiene que tener inspiración cristiana. Vale decir que este no es un invento de él. El socialismo cristiano es una corriente política que ha tenido gran importancia en el mundo y particularmente en América Latina, más allá de que algunas organizaciones políticas que se han definido a sí mismas de esta manera, no le hayan hecho ningún honor a las ideas de Jesús. Es importante aclarar que, cuando decimos que el Socialismo del Siglo XXI tiene inspiración cristiana, no decimos que tenga que ser confesional, sino que se basa en el pensamiento social que se lee en los Evangelios y en el Nuevo Testamento en su conjunto. Es el socialismo que practicaban las primeras comunidades cristianas, después de Pentecostés.

OBVIAMENTE, DEL SIGLO XXI

En esta definición no puede faltar el hecho de que el Socialismo del Siglo XXI mira hacia el futuro. En otras palabras, no está anclado a los modelos socialistas que rigieron una buena parte del mundo en el pasado. Tampoco es un socialismo surgido o enmarcado dentro de la Guerra Fría de mediados del siglo XX. Es un socialismo nuevo, que está inspirado en los valores que el mundo acepta como justos en este nuevo siglo: la democracia, el respeto por los derechos humanos, entiéndase no sólo los civiles y políticos, sino también los económicos, sociales y culturales.

“EN EL CAPITALISMO NO PUEDE HABER DEMOCRACIA”

Esta es una frase dicha por Chávez en su última rueda de prensa. Y está claro: si la democracia es el poder del pueblo y para el pueblo, no tiene sentido en un sistema donde el interés individual está por encima del colectivo, y en dónde el capital es más importante que la persona. El socialismo no es otra cosa que poner el interés colectivo prioritariamente por encima del interés individual. Sólo así se puede vivir en democracia. Si un individuo y su dinero, están por encima de una comunidad, eso jamás será una democracia. Será una dictadura, o peor, una plutocracia. Como la que existe en los Estados Unidos, con sus 45 millones de pobres.

POR ESTE PROYECTO VOTÓ EL PUEBLO VENEZOLANO.

Desde los inicios de la democracia no se había producido un respaldo electoral tan grande a un presidente como el que ha recibido Chávez en esta oportunidad. Creo que esto deja clarita cualquier duda. Venezuela quiere socialismo, y además quiere que sea del siglo XXI.

mphelnacional@yahoo.com

El Arte de la Guerra

Tradicional fuente de inspiración del pensamiento político es el libro de Sun Tzu, El Arte de la Guerra, que puede leerse en línea en:

http://www.gorinkai.com/textos/suntzu2.htm

Para Sun Tzu el arte de la guerra es el arte del engaño. Y concilia esto con la exigencia para el comandante que, dice Sun Tzu, para sus tropas deber ser sabio y sincero entre otros requisitos. Si recordamos que Clausewitz, Lenin y Mao han apuntado que la guerra es la continuación de la política por medios violentos, el libro de Sun Tzu no es solamente para militares, sino para todo político.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Política y Ciencia

Sobre el problema de la política y ciencia en Max Weber también puede verse este recurso:

http://www.librosgratisweb.com/html/weber-max/politica-y-ciencia/index.htm

El político y el científico

Las investigaciones sociológicas de Max Weber sobre la relación entre el político y el científico son esenciales en Ciencia Política. Weber deja insinuado el tratamiento de dos campos diferentes de la acción humana: el político busca la verdad de clase y el científico la verdad objetiva; el primero defiende intereses de grupo o clase social y su arma teórica es la ideología y el segundo defiende integralidades conceptuales de la humanidad y su arma teórica es la ciencia. Lucaks recordó la definición de ideología como conciencia falsa de la realidad, falsa en el sentido que es sesgada por los intereses económicos principalmente del grupo o clase social que la sustenta. Contrariu sensu la definición de Ciencia podría enunciarse como conciencia cierta de la realidad, por ser objetiva, integral, independiente de los intereses económicos.

El estudio o más bien conferencia de Max Weber puede encontrarse en:

http://www.hacer.org/pdf/WEBER.pdf

Una referencia al tratamiento del tema de las relaciones entre el político y el científico en Max Weber se encuentra en:

http://html.rincondelvago.com/el-politico-y-el-cientifico_max-weber.html

Dice la referencia:


Max Weber, el Político y el Científico
Max Weber, (Efurt 1864 - Munich 1920), historiador y sociólogo alemán. Estudió economia, derecho y filosofia. Nacionalista y a la vez liberal, se opuso a la política de los epígonos de Bismarck y formó parte de la comisión redactora de la constitución de Weimar.

Sus trabajos abarcan muchos aspectos y muy variados, y solamente de una manera parcial manifiestan las tensiones internas del autor y sus enfrentamientos con los utilitaristas, los marxistas y los historicistas. Preocupado por la influencia mutua de los intereses materiales i espirituales en la interacción de las clases y grupos sociales, ivestigó los vinculos entre ideas religiosas y conductas económicas tanto en las sociedades occidentales como en las orientales: en su obra más conocida, Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus (La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 1904 - 05), estudió nexos entre el protestantismo y la génesis del capitalismo. También se interesó por la naturaleza del poder y sus modalidades, y en todo momento remarcó la pluralidad de las causas del desarrollo de la histórico y la necesidad de conocer los contenidos culturales para interpretar los cambios sociales, en la perspectiva de llegar a una conceptualizaciñon de los colectivos en función del comportamiento social y no de las estructuras.

Al morir dejó inédito, un monumental tratado, Wirtschaft und Gesellschaft ( Economia y sociedad) publicado a partir de 1922.

"El político y el científico" (Weber, 1984) tan oportuna en estos tiempos de descrédito de políticos y de escepticismo en las ciencias.

Estos dos discursos de Max están encaminados a observar las diferencias entre la vocación del político y el deber del científico. Y se podria describir a éste como un político frutrado y un científico insatisfecho de sí mismo y de su objeto.

La primera pregunta que se formula en este libro es: ¿Qué debe ser un político? Weber sabiendo que el político, en su época, como hoy también, no era precisamente un modelo, propuso un "deber ser" de político a ser imitado por los que sentían esa vocación. Decía: "un político debe contar con tres virtudes: pasión, sentido de responsabilidad y mesura". Una definición difícil, por no decir imposible, de ser encarnada. Y es aquí donde está el problema. Dos virtudes racionales y una irracional excluyentes entre sí y con un equilibrio donde es exigible el sacrificio de una de ellas.

Sin duda, podríamos decir que el dilema del político de Weber proviene de dos filósofos griegos: Aristóteles que decía que la mayor virtud de un político era la prudencia, y la pasión, venida de Platón.

Por otro lado Max quiere diferenciar entre la moral de la convicción y la moral de la responsabilidad. Weber decía que hay dos formas de luchar políticamente por los fines que cada quien concibe. Pero hay una diferencia fundamental: el sacrificio o no de cosas y personas en función de los fines. En efecto, estamos ante el viejo dilema de si el fin justifica los medios o no. Para el convencido de su causa, sólo hay el tipo de moral derivada de los fines por los que combate. "El que triunfa siempre tiene la razón". Weber llama a estas personas "irresponsables" porque no miden las consecuencias de sus propios actos que recaerán de modo negativo precisamente sobre las generaciones que dicen defender. Por otro lado, está también el convencido de su causa, pero a diferencia del otro éste obra con responsabilidad. Es aquel que está orientado por ciertos valores éticos que no le permiten ciertos tipos de sacrificio y que siempre pondera las consecuencias de sus actos precisamente midiendo el futuro. Para Weber este tipo de político es el deseable. Sin embargo, Weber tiene aún su dilema donde la pasión se opone a la mesura y el convencido al responsable. Por esto Weber pretende en este libro conciliar las dos morales.

Por otra parte Max también nos habla sobre la eficacia y la esencia de la política. La política no ha dejado de encerrar en su seno la racionalidad de la eficiacia. Las cosas no son buenas ni malas, sino útiles o inútiles para una empresa cualquiera. En este sentido, a Weber no le interesan los fines, aunque los admite para entender la racionalidad de los políticos de distintos signos. Por eso, es un científico que no se embriaga con la nobleza o las miserias de unas metas abstractas. Por supuesto que en este sentido no deja de hablar por medio de valores. Weber analiza los valores con "relaciones de valores". Y exactamente esa es la paradoja de la política: su eficacia en el terreno de la moral.

Los tipos de dirigentes políticos. En sólo las primeras páginas, Weber define su concepción sobre la violencia del Estado, que ya se ha vuelto un lugar común en la sociología moderna, como legítima.

Luego define los tipos de dirigentes que suelen presentarse en los países con sistemas políticos desarrollados. Habla fundamentalmente de dos clases: del líder carismático y un cierto tipo oscuro -el boss- producto del sistema político norteamericano. Los dos tipos se derivan, a su vez, de los partidos de notables y los partidos de masas. Al "boss" le dedica una buena cantidad de páginas y tal y como lo describe esta clase de dirigente es el típico político maquiavélico, oscuro, tramposo y sin escrúpulos. Es, en una palabra, el que fabrica a los líderes, pero también el producto del aparato partidario, el funcionario. Termina diciendo que sólo el de alma fuerte encontrará su vocación de político y que a los demás, como él mismo, no les quedará más remedio que dedicarse a otra cosa o marcharse a casa.

Por último Weber nos habla sobre El científico. Hay tres aspectos básicos que llaman la atención en este discurso de Weber. Son, por un lado, de cara a las ciencias en el que los juicios de valor no deben interferir en los hechos; por otro, el deber del científico de abandonarse a su causa y, por último, la posición del hombre de ciencia ante los fenómenos políticos concretos. Es una contradicción que Weber, prive de sentido a su objeto, sobre todo cuando él es el defensor de la influencia de los valores en la actividad humana, aunque sólo sea para tomarlos en cuenta y no necesariamente creer en ellos.

Max confirma que la ciencia no puede enseñar cómo vivir o cómo comportarse ante el mundo. El fenómeno se vuelve trágico cuando, por ejemplo, se opone a que los profesores de su Universidad apoyen o combatan una huelga estudiantil. No se trata, dice "con vehemencia", de convertir a los profesores en "profetas". En resumen, Weber separa entre los hechos y los valores.